La disminución del oxígeno al cerebro puede generase por diferentes causas, aunque suele deberse a una insuficiencia cardiocirculatoria o respiratoria. Algunas de las causas más frecuentes son las paradas cardiorrespiratorias o infartos de miocardio, aneurismas, shocks, embolismo pulmonar, infecciones respiratorias asociadas a neumonías o a estados epilépticos prolongados.
La anoxia cerebral afecta a las funciones motoras, cognitivas, funcionales y emocionales de la personas. El grado de afectación dependerá del tiempo de privación de oxígeno y esto afectará a su posterior tratamiento, así como a la gravedad de las secuelas y pronóstico de recuperación.
El daño cerebral producido por una anoxia o hipoxia cerebral, dependen del tiempo en el que se privó el aporte de oxígeno y de la edad de la persona.
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