Traumatismo Craneoencefálico
El traumatismo craneoencefálico (TCE) es una lesión axonal producida por una fuerza traumática externa (producto de un golpe, un impacto, una sacudida o un choque explosivo contra la cabeza, o una lesión penetrante en el cráneo que interrumpe el funcionamiento normal del cerebro).
El daño que sufre el cerebro después de un traumatismo craneoencefálico se debe, por una parte, a la lesión primaria (contusión) directamente relacionada con el impacto sobre el cráneo o con el movimiento rápido de aceleración/desaceleración, y por otra parte, a la lesión secundaria (edema, hemorragia, aumento de la presión en el cráneo, etc.) que se desarrolla a raíz de la lesión primaria durante los primeros días tras el accidente y que puede conllevar graves consecuencias en el pronóstico funcional.
No obstante, hay que decir que no todos los golpes en la cabeza producen un TCE. De hecho su severidad es variable, yendo desde personas con un TCE severo que no sobreviven a personas con un traumatismo craneoencefálico leve, que no precisan de atención médica. Entre estos extremos se encuentran los pacientes con lesiones graves que están en coma, pacientes menos graves pero ingresados y pacientes atendidos pero que no precisan hospitalización. Es muy posible que los dos primeros necesiten rehabilitación una vez que reciban el alta hospitalaria.
El daño que sufre el cerebro después de un traumatismo craneoencefálico se debe, por una parte, a la lesión primaria (contusión) directamente relacionada con el impacto sobre el cráneo o con el movimiento rápido de aceleración/desaceleración, y por otra parte, a la lesión secundaria (edema, hemorragia, aumento de la presión en el cráneo, etc.) que se desarrolla a raíz de la lesión primaria durante los primeros días tras el accidente y que puede conllevar graves consecuencias en el pronóstico funcional.
No obstante, hay que decir que no todos los golpes en la cabeza producen un TCE. De hecho su severidad es variable, yendo desde personas con un TCE severo que no sobreviven a personas con un traumatismo craneoencefálico leve, que no precisan de atención médica. Entre estos extremos se encuentran los pacientes con lesiones graves que están en coma, pacientes menos graves pero ingresados y pacientes atendidos pero que no precisan hospitalización. Es muy posible que los dos primeros necesiten rehabilitación una vez que reciban el alta hospitalaria.
CONSECUENCIAS
La primera consecuencia de la lesión post-traumática suele ser una alteración de la conciencia, el coma, cuya intensidad y duración será variable y que, en algunos casos, puede prolongarse durante meses, provocando importantes consecuencias a largo plazo.
También puede darse:
• Trastornos a nivel sensorial (tacto, olfato, vista, etc.)
• Trastornos del movimiento y la marcha (tetraparesias e hemiparesias).
• Trastornos en la deglución.
• Trastornos en la coordinación motora, el tono muscular o la espasticidad.
• Alteraciones en el control de los esfínteres.
En el aspecto neuropsicológico (afectación de las funciones superiores), podemos objetivar una gran variabilidad de déficits cognitivos y conductuales que, con diferente intensidad, pueden aparecer como consecuencia del Traumatismo Craneoencefálico. Las principales funciones cognitivas que pueden verse alteradas son:
• La atención-concentración.
• La memoria-aprendizaje.
• El razonamiento-inteligencia.
• El lenguaje-habla etc.
• Cambios en la conducta y la emoción.
Estas alteraciones tienden a presentarse con diferentes frecuencias; sin embargo, suelen alterar la capacidad del paciente para adquirir, almacenar y recuperar nueva información. El resultado de la disfunción cognitiva es una pérdida de las relaciones sociales y la aparición de angustia en la familia, a lo que se suma la dificultad tras el Traumatismo Craneoencefálico para volver a la situación educacional o laboral anterior al accidente.
También puede darse:
• Trastornos a nivel sensorial (tacto, olfato, vista, etc.)
• Trastornos del movimiento y la marcha (tetraparesias e hemiparesias).
• Trastornos en la deglución.
• Trastornos en la coordinación motora, el tono muscular o la espasticidad.
• Alteraciones en el control de los esfínteres.
En el aspecto neuropsicológico (afectación de las funciones superiores), podemos objetivar una gran variabilidad de déficits cognitivos y conductuales que, con diferente intensidad, pueden aparecer como consecuencia del Traumatismo Craneoencefálico. Las principales funciones cognitivas que pueden verse alteradas son:
• La atención-concentración.
• La memoria-aprendizaje.
• El razonamiento-inteligencia.
• El lenguaje-habla etc.
• Cambios en la conducta y la emoción.
Estas alteraciones tienden a presentarse con diferentes frecuencias; sin embargo, suelen alterar la capacidad del paciente para adquirir, almacenar y recuperar nueva información. El resultado de la disfunción cognitiva es una pérdida de las relaciones sociales y la aparición de angustia en la familia, a lo que se suma la dificultad tras el Traumatismo Craneoencefálico para volver a la situación educacional o laboral anterior al accidente.
TRATAMIENTO
Hay diferentes tipos de traumatismo craneal y clasificaciones dependiendo de cómo sea la lesión y las consecuencias que ésta tenga.
El TCE y sus síntomas provocan daño cerebral adquirido, que requerirá una vez estabilizado el paciente, de rehabilitación por parte de un equipo transdisciplinar formado por terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, logopedas y neuropsicólogos.
Dependiendo de la gravedad de la lesión y la zona del cerebro dañada, se requerirá de un tipo de rehabilitación diferente. Las secuelas de los TCE pueden ser motoras, cognitivas, funcionales, del lenguaje y la deglución y emocionales.
El TCE y sus síntomas provocan daño cerebral adquirido, que requerirá una vez estabilizado el paciente, de rehabilitación por parte de un equipo transdisciplinar formado por terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, logopedas y neuropsicólogos.
Dependiendo de la gravedad de la lesión y la zona del cerebro dañada, se requerirá de un tipo de rehabilitación diferente. Las secuelas de los TCE pueden ser motoras, cognitivas, funcionales, del lenguaje y la deglución y emocionales.