¿Influye el microbioma en el Autismo?

• La mayoría de las personas que padecen autismo sufren de problemas gástricos
• Cada vez más evidencias de la relación del  microbioma con distintas enfermedades y trastornos
• La importancia de equilibrar el microbioma para disminuir síntomas

El trastorno del espectro autista es un trastorno neurológico caracterizado por la dificultad para la interacción social, problemas en  la comunicación verbal y no verbal y conductas repetitivas.

Uno de los principales problemas generales que presentan los niños con trastornos del espectro autista son en la alimentación, siendo las causas más habituales de estos desórdenes:

• Rigidez o inflexibilidad
• Alteraciones sensoriales
• Alteraciones sociales
• Médicas: alérgicas, intolerancias, consumo de fármacos o desórdenes intestinales…

¿QUE PROBLEMÁTICA SE SUELE ENCONTRAR?

En muchos casos los diferentes problemas se retroalimentan unos a otros, por ejemplo, un problema sensorial se aumenta con uno conductual, una alteración social se aumenta  por la rigidez, un problema sensorial se alimenta de los anteriores de forma que se puede entrar en situaciones complejas.

Es muy común encontrar cuadros de hiperselectividad y/o hipersensibilidad.

Hiperselectividad:

• Rechazan probar alimentos
• Obsesión por comer siempre lo mismo
• Fijación con olores, texturas, marcas…

Hipersensibilidad:

• Acumulación de alimentos en la boca sin que el niño se dé cuenta
• Bocados muy grandes
• Búsqueda de sabores fuertes
• Predilección por refrescos gaseosos y alimentos crujientes
• Presencia de babeo
• Tendencia a tomar comida o muy caliente o muy fría.

RECOMENDACIONES  PARA ABORDARLO

• Usar apoyos visuales (poner tiempo limitado, no saturar al niño con un exceso de comida en el plato, usar reforzadores positivos al finalizar el momento de la comida para que sea más agradable)
• Conseguir que el niño permanezca sentado durante el tiempo destinado, evitando distracciones excesivas.
• Fomentar la autonomía del niño usando cubiertos de forma adecuada.
• Es importante que el aprendizaje se base en un modelo sin errores para evitar que adquiera malos hábitos.
• Importancia de crear rutinas fijas y hábitos alimenticios (agenda del menú, llevar el plato vacío al fregadero, tirar la servilleta, etc…) para que el niño coma adecuadamente en distintos lugares y con distintas personas.
• Dar apoyos visuales (el niño debe saber qué comida se le va a ofrecer), es importante no “engañarle” mezclando distintas comidas, ni forzar al niño.

SEGUIMOS INVESTIGANDO…

Actualmente se abren nuevas conexiones intestino-cerebro no siendo las causas claras, estudios sugieren un hilo común que es el de los cambios en la mucosa intestinal.

En el libro Alimenta tu Cerebro que encontraréis en la bibliografía más adelante hay numerosos estudios donde se han demostrado que cambios en la mucosa intestinal afectan el equilibrio de bacterias en el intestino revelando que las personas con autismo tienen diferentes tipos de bacterias en la mucosa intestinal en comparación con las personas sanas y diferentes cantidades de bacterias buenas y malas.

En 2012, investigadores de los National Institutes of Health de Estados Unidos evaluaron a niños con autismo y observaron que el 85 % de ellos padecía estreñimiento, y el 92% presentaba alguna molestia gastrointestinal.

Otro estudio en 2010 encontró un patrón de niveles  elevados de LPS- la molécula inflamatoria- en pacientes con autismo, el LPS no debería llegar al torrente sanguíneo, pero lo  consigue si el muro intestinal está dañado, es por eso que muchos expertos, recomiendan que los niños con autismo lleven una dieta que no ponga en riesgo el revestimiento intestinal.

Por otro lado, Dr. Richard Sandler y colaboradores publicaron en 2010 un artículo en el Journal of Child Neurology donde realizan varios estudios piloto de tratamiento con antibióticos en 11 niños a los que se le han diagnosticado autismo.  Este trabajo fue el primer estudio de su clase que evidencio que las alteraciones en las bacterias intestinales pueden provocar ciertos tipos de autismo, y que tratar dicha alteración puede aliviar significativamente los síntomas del trastorno.

Lo que está claro es que es que se necesita seguir investigando para desentrañar el tipo de relación que existe entre las conexiones intestino-cerebro, y averiguar su posible relación con las enfermedades neurológicas.

FUENTES  BIBLIOGRAFICAS

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